Así como el cuerpo humano posee 7 Centros Energéticos Mayores (Chakras), el Planeta Tierra también los tiene, y cambian de ubicación con cada Edad. Según una reciente revelación cósmica, los Chakras actuales del Planeta, se encuentran distribuidos en América, de la siguiente forma:
El Primer Centro (Chakra Perineo) es del Amor y las Pasiones, que tienen que ser conocidas, conquistadas, dominadas y trasmutadas, correspondiendo a Estados Unidos y Canadá.
El Segundo Centro (Chakra Esplénico) es el de la Voluntad , abarca a los países centroamericanos incluyendo a México y al Caribe, los cuales tendrán que aportar personalidad y voluntad al momento presente orientándolas hacia lo espiritual.
El Tercer Centro (Plexo Solar), es el de la Sabiduría y el Conocimiento. Es la mente lúcida y la sintonía, y concierne a la integración en la unidad del círculo. Este Centro esta entre el Norte de Brasil, Ecuador y Colombia, con sus correspondientes Centros Intraterrenos.
El Cuarto Centro (Chakra Cardíaco) esta repartido entre Uruguay, el sur de Brasil y el Perú. Es el Corazón, la cruz del positivismo, es el Amor y la sanación del Planeta. Son las puertas que se abren a otros Tiempos y Espacios para que fluya el conocimiento del Amor en su expresión suprema.
El Quinto Centro (Chakra Laríngeo) es el poder de la palabra mágica y la creatividad, se encuentra compartido entre la mitad superior de Argentina, y todo Bolivia y Paraguay. De allí saldrá mucha información, acompañado de palabras de poder.
El Sexto Centro (Chakra Frontal o Tercer Ojo) es la Patagonia Chilena y Argentina. A éste Chakra le corresponde la Estrella Azul de 6 Puntas del equilibrio, la mente y la espiritualidad.
El Séptimo Centro (Chakra Coronario), con su color violeta de la Trasmutación , el Cambio, la Alquimia, el misticismo, la magia y la fe, corresponde a la Antártida. Allí se guarda el secreto y misterio de Lemuria, que encierra también los errores de la Federación Galáctica (más específicamente, los miembros de Orión y Las Pléyades), como Guardianes de Mundos.
Este último Centro mantiene la forma de la Flor de Loto, que tiene que ser desenterrada del fango y del hielo. La trascendencia de la Humanidad depende de este Centro que está dormido y que deberá ser despertado, para restablecer la conexión definitiva.
Fuente: "Comunicaciones de Misión RAHMA".
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